Analiza EU contraataque en caso de que Ucrania use armas nucleares o químicas

El “Tiger Team” (”equipo tigre”) de la Casa Blanca está preparado para contraatacar si Vladimir Putin lanza una ofensiva nuclear o química en Ucrania.

El grupo de asesores de seguridad nacional planifica diferentes escenarios y cómo deben responder Estados Unidos y sus aliados. Lo hacen en reuniones secretas que se celebran tres veces por semana desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero. También están evaluando las posibles respuestas si las fuerzas del Kremlin se adentran en territorio de los países vecinos adheridos a la OTAN para atacar los convoyes que llevan armas y ayuda a Ucrania.

Existe una amenaza real de que Rusia utilice armas químicas en Ucrania”, dijo el presidente Joe Biden antes de volar a Bruselas para reunirse con los líderes europeos con los que discutió la defensa en caso de que Rusia decida extender la guerra más allá de las fronteras ucranianas. Y en la conferencia de prensa posterior a la cumbre, agregó: “Eso desencadenaría una respuesta del mismo tipo”. La mayoría de los analistas militares creen que, si Vladimir Putin se encuentra acorralado con las tropas empantanadas sin avances significativos para terminar con el gobierno de Kiev, usaría todos los recursos que tiene en su arsenal nuclear y químico/biológico.

Rusia lleva semanas afirmando falsamente que Ucrania está trabajando en programas de armas químicas y biológicas financiados por Washington. Incluso, el embajador ruso lo expuso ante el Consejo de Seguridad de la ONU para intentar justificar la invasión de Ucrania como necesaria para detener esta supuesta fabricación de armas de destrucción masiva. Rusia utiliza habitualmente esta táctica del “espejo revertido” para culpar al enemigo de algo que están realizando sus propios agentes y soldados.

un despliegue de 1.456 ojivas estratégicas en 527 misiles balísticos intercontinentales, bombarderos y misiles balísticos lanzados desde submarinos. La Fundación Carnegie para la Paz Internacional informó que el ejército ruso construyó bases para el lanzamiento de misiles en Crimea, la península ucraniana que se anexionó en 2014. No se cree que allí se hayan desplegado ojivas nucleares, pero tienen plataformas para los misiles Iskander con capacidad para hacerlo. El Iskander, lanzado desde tierra, es un misil extremadamente preciso que puede transportar ojivas convencionales y nucleares. Se cree que fue utilizado en la primera oleada de ataques rusos contra Ucrania. Los Iskander también están desplegados en Kaliningrado, el enclave que forma parte de Rusia sobre el Mar Báltico, junto a Polonia y Lituania, dos países de la OTAN. Allí también conservan un arsenal de misiles Kinzhal, que se disparan desde aviones y de los SSC-8, un misil de alcance intermedio que se lanza desde tierra y que puede llevar tanto armas nucleares como convencionales.

Y el Equipo Tigre está trabajando sobre la hipótesis más realista de que Rusia podría lanzar una “pequeña” bomba atómica de 4 kilotones (la de Hiroshima era de 16 kilotones). La respuesta estadounidense a una acción como ésta sería devastadora para Rusia y el enfrentamiento afectaría al planeta en su conjunto.

El senador Jack Reed, demócrata de Rhode Island, que preside el comité de Servicios Armados, dijo ayer que si Putin utilizara un arma de destrucción masiva -química, biológica o nuclear- “habría consecuencias” incluso si el uso del arma se limitara a Ucrania. Agregó que la radiación de un arma nuclear, por ejemplo, podría llegar a un país vecino de la OTAN y considerarse un ataque a un miembro de la OTAN.

Sería el escenario tantas veces anunciado. Se desataría la Tercera Guerra Mundial. Todos dicen que lo quieren evitar a toda costa porque no sólo significa la destrucción del enemigo sino la propia. Incluso a Putin le temblaría el pulso antes de lanzar una ojiva nuclear.

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