Desesperados, palestinos huyen en autos y carretas de bombardeos

Después de días de intensos bombardeos aéreos israelíes, residentes del norte de Gaza decidieron no esperar a que se repita un asalto por tierra, como en 2014

Después de días de intensos bombardeos aéreos israelíes y luego de un recrudecimiento de los ataques de artillería, algunos aterrorizados residentes del norte de Gaza decidieron no esperar a ver si se repite lo ocurrido en 2014, cuando hubo un asalto por tierra.

Bajo fuertes bombardeos por cinco días consecutivos, Rewaa Marouf tomó a sus hijos y huyó de la ciudad de Beit Lahiya, cerca de la frontera norte de Gaza con Israel.

Ella se dirigió a una escuela administrada por la ONU en el campo de refugiados de Jabalia, uniéndose a decenas de otras personas apiñadas en el interior, mientras que en los caminos en el exterior la gente viajaba más al sur en automóviles, carretas tiradas por burros un pastel.

“Estábamos sentados con los niños en casa cuando de repente la artillería comenzó a bombardear en todas direcciones”, recordó Marouf, hablando en un aula de la escuela en Jabalia.

“La casa contigua a la nuestra fue bombardeada, la metralla alcanzó nuestra casa. Hasta ahora no tenemos idea de si la casa que dejamos también fue bombardeada”, agregó, describiendo la situación que la llevó a buscar refugio en otro lugar.

La agencia de la ONU para los refugiados dijo que cientos de personas huyeron el jueves hacia las escuelas administradas por la ONU en Gaza en busca de refugio, particularmente en el norte, y estaba tomando medidas para asegurar de que los sitios estuvieran organizados para prevenir la propagación del coronavirus.

Aquellos que se dirigían al sur, algunos tirando carros de mano que llevaban sus pertenencias, pasaban frente a edificios destruidos durante el conflicto en Gaza, un enclave costero que alberga a 2 millones de personas y en gran parte aislado del mundo exterior debido a un bloqueo impuesto por Israel.

Durante la celebración del Eid al-Fitr, las calles del enclave de Gaza solían llenarse de palestinos elegantemente vestidos que compartían dulces y saludos para celebrar el inicio de la festividad musulmana.

Este Eid es diferente. Este Eid viene con bombardeos, miedo y horror”, dijo Fahd Ramadan, de 44 años, mientras se dirigía rápidamente a su casa en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de Gaza, tras una intensa noche de ataques aéreos israelíes durante las peores hostilidades en años.

Después de salir de su casa el jueves por la mañana para unirse a otros en las oraciones tradicionales, Ramadan se detuvo brevemente en su camino de regreso al pasar junto a los escombros de un edificio destruido en los enfrentamientos.

Desde el lunes ha habido un vertiginoso intercambio de cohetes y misiles entre militantes de Hamas en Gaza y el ejército de Israel a través de la frontera del enclave, después de que las últimas tensiones relacionadas con la propiedad de la tierra en Jerusalén derivaron en conflicto.

“Todos los años nos vestíamos y hacíamos visitas. Este año no iremos a ningún lado”, comentó Basma al-Farra, de 20 años, en Jan Yunis.

El Eid al-Fitr marca el final del Ramadán, un momento de celebración con familiares y amigos en todo el mundo musulmán después de las restricciones del ayuno diario durante el mes sagrado.

En Gaza, una estrecha franja de tierra densamente urbanizada en la que viven 2 millones de personas, la emoción habitual se ha convertido en luto para algunos. Los médicos estiman que han muerto 83 personas en el enclave en lo que va de semana, mientras que en Israel han perecido siete personas, según el ejército, en los peores enfrentamientos desde la guerra de 2014.

Pese a todo, no todos en Gaza se quedaron adentro. Khamees al-Jabri, de 19 años, que suele ofrecer paseos a los niños en su caballo durante las festividades, estaba en Jan Yunis, pero encontró pocos clientes.

“No hay Eid, y no hay trabajo debido a la guerra y los misiles”, lamentó, agarrando las riendas de su caballo mientras se alejaba.

Otros insistieron en que celebrarán la festividad como puedan.

“Celebraremos pese a los bombardeos y la destrucción”, dijo Khaled Mesleh, de 34 años, en la ciudad de Gaza.

“Celebraremos el Eid para decirles a todos que a Gaza le gusta la vida y que los niños de Gaza quieren usar la ropa del Eid como todos los niños del mundo”.

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