Mientras tomaba una siesta después de jugar con amigos, la niña ya no despertó.
FLORIDA, EU.- La niña Kimora Lynum de tan solo 9 años de edad había sido llevada al hospital días antes de su muerte cuando presentaba una fiebre alta, pero no le realizaron una prueba de Covid-19.
Lynum fue diagnosticada con una infección y fue enviada a su casa a recuperarse. Días después, mientras jugaba con sus amigos, se sintió cansada y muy agitada, por lo que decidió tomar una siesta.
Cuando su madre y su abuela quisieron despertarla, la niña ya no respondió por lo que su abuela hizo RCP en un esfuerzo frenético por salvarla, pero la niña ya había muerto.
La prueba de Covid-19 se la hicieron después de su muerte, dando positivo.
Trágicamente, su muerte ocurrió solo tres meses después de que su padre fue asesinado a tiros, dijo un pariente.