Se terminó: Trump abandona la Casa Blanca

El presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, abandonó esta mañana Washington DC junto a su esposa Melania, tras un discurso en el que se le hizo un nudo en la garganta y afirmó que regresará “de alguna forma”.

Pasadas las 8:00 horas (7:00 horas del centro de México), Trump dejó la Casa Blanca con Melania en el helicóptero presidencial, Marine One, pocas horas antes de la toma de posesión de su sucesor, el demócrata Joe Biden.

Trump, de 74 años de edad, y su esposa arribaron minutos después a la base conjunta Andrews en los suburbios de Maryland, donde el mandatario recibió una despedida de estilo militar antes de abordar el Air Force One por última vez para volar a Florida.

En un breve discurso ante familiares y seguidores, el presidente hizo un recuento de su gobierno y expresó que fueron cuatro increíbles años.

Aseguró que reconstruyó a las Fuerzas Armadas del país y presumió que bajó los impuestos y duplicó los mercados financieros.

“Verán cosas increíbles pasar”, dijo. “Tenemos el mejor país del mundo, la mejor economía”.

El republicano señaló también que deja grandes resultados a pesar de pandemia de Covi-19 y confió en que pronto se superará esta con las vacunas, a las cuales calificó de un “milagro médico”.

“Trabajamos duro; como dicen los atletas, dejamos todo en el campo”, afirmó.

Al referirse al nuevo gobierno de Joe Biden, Trump le deseó buena suerte y gran éxito y aseguró que le deja tienen los cimientos de “algo espectacular”.

Además, prometió estará pendiente del país y regresar de alguna forma.

“Siempre lucharemos por ustedes, siempre observaré, siempre observaré”, mencionó. “Regresaremos de alguna forma. Tengan una buena vida, los veremos pronto”.

El arribo a su club Mar-a-Lago en Palm Beach pretende dejar al republicano al interior del complejo antes de que el mandato de Trump como presidente expire al mediodía.

Expulsado de Twitter después de que sus partidarios irrumpieran en el Capitolio el 6 de enero, Trump usó anoche un método de la vieja escuela: un comunicado de prensa enviado por correo electrónico, para distribuir un video de despedida el martes en el que se desvió de su habitual retórica divisiva y emitió un mensaje optimista.

“Ahora más que nunca, debemos unirnos en torno a nuestros valores compartidos y superar el rencor partidista y forjar nuestro destino común”, dijo. Pero no mencionó a Biden, cuya victoria no ha reconocido formalmente.

El presidente Donald Trump deja la presidencia de Estados Unidos bajo una nube que creó él mismo, cerrando un único mandato de cuatro años manchado por dos juicios políticos (impeachments), profundas divisiones y el manejo de una epidemia que ha causado 400,000 muertes en el país.

Trump tiene un largo camino por recorrer para reconstruir una imagen, hecha jirones por su tormentosa presidencia, particularmente en los últimos meses. Ahora tiene un lugar singular en la historia como el único presidente que ha sido objeto de un “impeachment” dos veces.

Incluso después de que Trump deje el cargo, el Senado debe llevar a cabo un juicio político aprobado en la Cámara de Representantes -de mayoría demócrata- por acusaciones de que el presidente saliente incitó a una insurrección. Su resultado podría determinar si será descalificado para postularse nuevamente para presidente.

“Va a ser un presidente asterisco, un miembro de un período que hizo más daño que bien”, dijo el historiador presidencial Douglas Brinkley.

Trump mantuvo hasta sus últimos días en el cargo que las elecciones del 3 de noviembre le fueron robadas, según fuentes familiarizadas con la situación.

Los tribunales han rechazado las afirmaciones emitidas sin pruebas que ha hecho la campaña de Trump sobre un fraude electoral generalizado. El vicepresidente, Mike Pence, encabezó al Congreso en la certificación de la victoria de Biden por sobre las objeciones de Trump.

Mientras estaba preocupado por luchar contra los resultados de las elecciones, Trump no hizo mucho para frenar el creciente número de muertos en el país por el coronavirus, que cruzó la sombría marca de 400.000 el martes, la cifra más alta del mundo. Los cierres y restricciones relacionados con la pandemia también han costado sus trabajos a millones de estadounidenses.

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