Querían tiempo a solas y dejaron que su bebé muriera asfixiado dentro de una caja

 

Sus padres, para encubrir el descuido, hablaron al cuerpo de emergencia y dijeron que lo habían encontrado sin vida en su dormitorio

(Paher Portal).- En la ciudad de Liverpool, al noroeste de Inglaterra, se lleva a cabo un juicio por la muerte de un bebé de dos meses. Sus padres lo dejaron dormir en una cesta dentro del cobertizo de su jardín, con la excusa de no tener el suficiente espacio dentro de su vivienda y debido a la falta de intimidad entre ellos. Después del peritaje se descubrió que durante el encierro que sufrió el menor, su cuerpo volcó la caja de cartón en la que se encontraba y lo terminó por asfixiar, al menos así lo confirmo la audiencia privada en la Corte Civil y Familiar de la región.

Esto es lo que sabemos del sonado caso

El incidente ocurrió en junio del 2020, de acuerdo con el juez Steven Parker, fueron su propia madre y padre quienes lo colocaron en la letrina porque la casa estaba muy hacinada lo que provocaba que se sintiesen “sobrepoblados”. Esto generó una intensa discusión entre los dos, ambos puntualizaron que sufrían de mucho sueño y falta de intimidad. Como resultado de su discordia, el bebé de tan solo dos meses de edad fuese colocado en el cobertizo. Supuestamente colocaron al menor dentro de una cesta y a su vez, la pusieron encima de una caja de cartón. Esta medida, inapropiada e insegura, fue la que provocó su muerte instantánea.

La “especie de cuna” volcó de la superficie de la caja, esto a su vez detonó que el bebé se moviera sobre su lado izquierdo y su cara quedó presionada contra el costado del cesto. La cabeza terminó en una posición tan poco natural e inusual que comprometió su respiración y lo llevó a la muerte por hipoxia y hipercapnia. Recordemos que la hipoxia significa un suministro reducido de oxígeno a la córnea. Además, la hipercapnia es una acumulación de dióxido de carbono.

Ante el terror de haber perdido a su hijo por un descuido de esta magnitud, la pareja llamó a los servicios de emergencia y reportaron que habían encontrado al bebé sin vida en el catre de su dormitorio. Señalaron que su muerte fue un caso trágico de una muerte súbita e inexplicable. Sin embargo, el juez dictaminó que los padres del menor no pudieron supervisarlo adecuadamente. De acuerdo con la autoridad de la corte, en el momento en el que el infante fallece, destapa la tensión de la relación de sus tutores. Esto causado por vivir en circunstancias de hacinamiento y durante un periodo crucial como lo fue la pandemia por Covid-19. A esto se sumaron otros factores como la falta de sueño, intimidad, la mala salud mental por parte del padre y otros factores que el juez se guardó para la audiencia privada.

Estos asuntos llevaron a una comunicación deficiente y discusiones entre la madre y el padre, y llegaron al punto en que ambos no se arreglaban para cumplir adecuadamente con las necesidades y el cuidado del bebé.”, apuntó.

Parece ser que los padres también llegaban a poner al bebé en el piso de la habitación, lejos de ellos solo para que terminara de llorar y se calmara. Esto en la corte fue negado por los tutores, puntualizaron que jamás pusieron en el cobertizo al menor y, por supuesto, no aceptaron que colocaron su cuna sobre una superficie inapropiada como lo fue la caja de cartón. Asimismo, el juez Parker señaló que además del acto cometido, se coludieron para proporcionar una versión falsa de las circunstancias que rodearon la muerte del niño.

Cabe aclarar que el juez Parker no dijo dónde vivía la familia ni nombró a la autoridad local involucrada. Solo compartió que los padres del bebé vivían en un bungalow. Este es un estilo de casa, generalmente de un solo piso y con galería o porche en la parte frontal. Por ende, sentían que no tenían suficiente apoyo, y alegaron que nunca habían tenido visitas cara a cara del servicio social o de la partera. Al final, el juez dijo que la policía investigó la muerte del niño y dictaminó que “no hubo criminalidad o negligencia identificada”. Esto debido a que los oficiales que acudieron a la vivienda y media hora después al hospital donde fue internado el menor, no hubo señales de violencia o signos de lesiones durante las pruebas post-mortem. Así que como tal no habían suficientes argumentos tangibles para asegurar que el infante fue metido al cobertizo y abandonado por sus padres.

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