Las muertes se suscitaron debido a que se registraron en zonas rurales que no fueron atendidas debidamente por el desconocimiento de los fallecidos y sus familiares que esta especie transmitía el virus por lo que no recibieron apoyo inmediato.
Una vez instalado el cuadro clínico neurológico, el paciente fallecerá, así mismo se añaden otros factores, como fueron el limitado acceso a los servicios de atención primaria en salud”, detalla el documento.
La mordedura de esta especie se clasifica en la variante V11, como parte de animales silvestres y fuera de los contagios por caninos o felinos. Otros dos decesos que cuenta el estudio en ese sector fueron por mordedura de zorrillo y otra más por un zorro gris.
El estudio, publicado en 2020, consideraba la urgencia por erradicar estos contagios por parte de esas especies, quienes también pueden atacar a perros y gatos.
“Del 100 por ciento de las defunciones por rabia, se observó que el común denominador fue no acudir a solicitar la atención medica-antirrábica de manera inmediata, recordando y de acuerdo a la historia natural de la enfermedad”, señala el reporte de la Cenapece.