Tras el asesinato de un anciano, Rubén Gutiérrez será ejecutado el próximo martes en Texas; la iglesia a intervenido para que el proceso no se lleve a cabo
Un hombre de Texas que fue condenado a muerte por apuñalar al anciano dueño de un parque de casas móviles durante un robo con dos cómplices hace dos décadas está programado para ser ejecutado por inyección letal.
Rubén Gutiérrez morirá a las 6 de la tarde (2300 GMT) en la cámara de la muerte del estado en Huntsville por el asesinato en 1998 de Escolastica Harrison, 85.
La Corte Suprema de los Estados Unidos estaba considerando una solicitud de los abogados de Gutiérrez, que es católico, para detener la ejecución para que los jueces puedan considerar una apelación que desafía la constitucionalidad de una política de Texas que prohíbe a los capellanes y otros asesores religiosos cámara de la muerte.
El Departamento de Justicia Criminal de Texas “no solo está haciendo que la práctica religiosa de Gutiérrez sea más difícil. Está colocando una prohibición directa e irrevocable de su sincero ejercicio religioso, y en el momento más crítico para tal ejercicio, cuando el alma se va de este mundo para siguiente”, dijo la Conferencia de Obispos Católicos de Texas en un informe judicial.
Gutiérrez era amigo del sobrino de Harrison, quien le dijo que ella tenía $600 mil dólares en efectivo escondidos en su casa de Brownsville, según mostraron los documentos judiciales.
Después de que Gutiérrez orquestó un plan para robar el dinero, él y dos cómplices fueron a la casa de Harrison el 5 de septiembre de 1998. Allí apuñalaron a Harrison con un destornillador y tomaron $56 mil dólares de su casa, dijeron los fiscales.
Gutiérrez fue condenado y sentenciado a muerte en 1999. René García, uno de los cómplices de Gutiérrez, está cumpliendo cadena perpetua. El otro sospechoso, Pedro Garza, ha sido buscado durante 20 años después de haber sido liberado de la cárcel bajo fianza, según los medios locales